Dueñas del balón y del micrófono: Entrevista a Paula Lerín y Laura Florentino

Dialogamos con las periodistas deportivas, Paula Lerín y Laura Florentino, para adentrarnos en la vida y en la carrera de dos profesionales de la información del baloncesto, fútbol femenino y polideportivo. Sus inicios, sus coberturas, su pasión por su profesión, con nuestras protagonistas de la #PortadaMSP.

Por Matías Sartori

Con ese característico brillo que revela su pasión, y esa tímida, pero a su vez profunda, sonrisa como carta de presentación, Paula y Laura acuden a la entrevista. Acostumbradas a las numerosas preguntas que habrán hecho, se sientan con la comodidad que despierta el sitio y una disimulada vergüenza que anticipa sus respuestas. Están habituadas a estar del otro lado, en la silla de la entrevistadora. Pero, solo por hoy, cambian su grabadora por un café y una medialuna de dulce de leche, para responder a nuestras preguntas.

Pertenecen a esa gran generación de finales de los 90 que llegaron al nuevo milenio irrumpiendo con fuerza. En tiempos de nuevas tecnologías y en una época de expansión de los nuevos medios para la comunicación y la información, aquellas dos jóvenes, entusiastas y apasionadas por el deporte, comenzaron a labrarse un soñado futuro en un sector como lo es el periodismo. Una carrera apasionante, es verdad, pero que nos hace esclavos de la noticia, de la actualidad y que, desafortunadamente, prima la cantidad que la calidad. El clickbait por encima de un reportaje de calidad.

Fieles a sus principios, ellas escapan de este nuevo paradigma periodístico anteponiendo su corazón a la hora de escribir con su pluma. Y es que la sabia nueva fusiona la nostalgia de la vieja escuela y la adaptación a una nueva era que avanza a velocidades impensadas.

Sonríen, si cabe, con la misma incertidumbre que nos acompaña en aquellos primeros días cuando iniciamos dicha carrera profesional.

Comparten generación. Coinciden en su pasión por el periodismo. Con el recuerdo del Ros Casares y su afición por el baloncesto femenino, Laura se dispone a comenzar la entrevista. Con la emoción del Mundial conseguido por España y su pasión por el fútbol femenino, Paula prueba el café, cediendo el turno de palabra a su compañera.

Redactoras del guion de vida. Editoras de los capítulos de su profesión. Dueñas de sus sueños. Y también, dueñas del balón y del micrófono.

Nos remontamos a los inicios de la carrera, ¿cómo surge la idea de ser periodistas?

Laura: Surge cuando tenía 14 años, estaba en tercero y teníamos que decidir las materias optativas. Siempre desde pequeña me llamó la atención el baloncesto y he seguido al Ros Casares. Desde allí tenía muy claro que quería estudiar periodismo. Mis primeros trabajos fueron en 2019 como becaria en Radio Levante, en el programa «Sin Tregua» para cubrir al Levante Femenino. Querían, en ese momento, aportar una voz femenina porque hasta allí no lo habían hecho nunca. Entonces, creció mucho mi interés por el deporte femenino. Esa fue mi primera experiencia periodística cubriendo deporte. 

Luego llegó la pandemia y al programa lo quitaron de la radio.  Más adelante, se me ocurrió la idea de cubrir al Valencia Basket Femenino en el periódico por iniciativa propia y mi jefe me dijo que no había problema. Desde aquel momento, cubro al equipo femenino de manera profesional luego de seguirlo desde hace muchos años. Empecé a ser responsable de la sección de deportes, tanto en la web como en la edición de papel. Colaboré también en Radio Esport con algunos compañeros y participé en varias tertulias deportivas como comentarista. Al año siguiente, Plaza Radio comienza a cubrir los partidos del Valencia Femenino porque hasta allí solo había hecho las finales.

Sabemos que el periodismo es una profesión con mucha competitividad, muy sacrificada, y donde siempre ha estado eclipsada por el sector masculino, ¿cómo ha sido el proceso para labrar vuestro propio camino en esta profesión?

Laura: En su momento, no estaba muy explotado el mundo del baloncesto femenino a pesar de que el Valencia Basket y la selección Anna son potencias en el baloncesto. Yo no tenía ninguna referente periodista, se me brindó esa oportunidad y no pude decirle que no.

La radio me apasiona, es uno de los medios dónde más cómoda me siento, aunque también hago prensa escrita. Siendo pocas las periodistas mujeres, las oportunidades te llegan más. En mi caso, tuve la oportunidad de narrar un partido del Valencia Basket por la Euroliga, fuera de casa, y lo hice sola y lo he disfrutado mucho.

¿Cómo ha llegado el periodismo a la vida de Paula Lerín?

Paula: Todo el mundo piensa que desde pequeña tenía la idea de ser periodista, pero la realidad es que no. Es decir, no sabía que se podía ser periodista. Yo veía los partidos y soy una loca del fútbol. Pero los narradores y los comentaristas era todos hombres. Yo siempre quise ser profesora porque me encantan los niños, me gusta hablar, me encanta leer. Me sentía cómoda hablando, exponiendo… que un poco es lo que hacemos ahora nosotros. En la adolescencia, cuando te empiezas a preguntar qué quieres ser, me pregunté “¿por qué voy a ser profesora si puedo ser periodista?”.

Quise ser periodista porque me encanta el fútbol y me fascina el deporte. Si jugaba el Valencia yo me quedaba en casa, el fútbol siempre ha sido mi prioridad. Realmente no sé de quien me viene esa afición. Mis padres son muy futboleros, pero no compartimos equipo. Desde pequeña ha sido una pasión. Con quien sí comparto equipo es con mi padrino Mati, fue quien me regaló mi primera camiseta del Valencia.

Paula: Me di cuenta de que podía ser una realidad y ser periodista. En la carrera te desmotivas un poco porque es mucha la carga teórica, y encima a mí me tocó hacer las dos asignaturas que más ganas tenía, Periodismo Deportivo y el TFG, en casa por covid. Pero en el verano antes de pasar a cuarto hice prácticas en EFE y me encantó. Después me llamaron para entrar como colaboradora y hacer balonmano y fútbol femenino.

A partir de allí, la primera nota que hice fue un entrenamiento a puertas abiertas

en Mestalla. Y ahí dije “esto es lo mío”. Fui conociendo gente, que te van abriendo puertas, les gusta como trabajas, sobre todo con el deporte femenino. He tenido la suerte de estar en el sitio correcto y hacer lo que tenía que hacer. 

El fútbol femenino me apasiona mucho pero también me gusta mucho el balonmano, el hockey…

¿Cómo ha sido la primera cobertura o entrevista?

Laura: Creo que fue cubriendo un partido del Levante. Un derbi Levante UD-Valencia CF de fútbol femenino en Buñol. Y la primera vez que hice una entrevista a una jugadora del Valencia Basket, Anna Gómez, fue estando en la carrera de periodismo. Las prácticas en la carrera las he orientado siempre al deporte femenino. Seis meses después, comencé a cubrir al equipo. Aún era aficionada y me llevaba bien con la gente de prensa. Me ilusioné mucho. Con el equipo masculino, la comunicación es algo cerrada, pero con ellas era súper cercana y abierta. Además, tuvo el aliciente que fue en la pista de la Fonteta.

Y tú Paula, ¿cómo recuerdas aquella primera cobertura o entrevista?

Recuerdo el primer entrenamiento que cubrí en Mestalla, fue mi primera vez como periodista. Recuerdo que estaba toda la tribuna llena, había muchas personas. Allí estaban varios periodistas, pero personalmente no conocía a ninguno, solo me sabía algunos nombres de leerlos. Es verdad que es duro entrar en el mundo, porque no te conoce nadie. Creo que nos pasa a todos, pero al ser chica quizá haya quienes no te tomen en serio al principio.

Hay muchas entrevistas que realicé a distancia por teléfono por covid. Disfruto cada zona mixta con el Valencia y Levante Femenino. Pude entrevistar a Carreras, que era del Valencia Femenino. Aunque fue a través de una pantalla, pude ver cómo fue su etapa ‘no profesional’ y jugar en campos de tierra. Hablar con ella me motivó mucho. Yo también voy a poder contar cómo el fútbol femenino fue evolucionando. Esa entrevista me marcó bastante, aunque disfruto cada zona mixta con el Valencia Femenino y un poco de todo. 

¿Algún ídolo de pequeña que hayas podido entrevistar ahora?

Paula: Cuando vino David Villa a Mestalla, por ejemplo, me hice una foto con él y, por más que no lo entrevisté, eso tiene un valor incalculable. Que homenajeen a tu jugador favorito y tú estés cubriendo ese momento como periodista, es increíble. Hubo un antes y un después, tengo una foto de pequeña y ahora la pude comparar con esta nueva. Recuerdo siempre cuando mi padre me llevaba a Paterna cuando salía del cole.

No sé si sois conscientes que, pese a su juventud, sois las futuras referentes de varias niñas que sueñan ser periodistas, ¿Qué significa para vosotras ser periodistas?

Laura: No siento que seamos referentes, ya que estamos comenzando, aunque llevemos unos años. Es bonito que te reconozcan. Como mujer y periodista deportiva me siento con la responsabilidad de dar voz a estas deportistas porque es lo que quería yo de pequeña y como aficionada.  

Cuando iba a ver al Ros Casares, me quedaba con las ganas de ir más allá. Hay mucha responsabilidad por la labor social que hacemos como periodistas y ayudamos a que este mundo del deporte femenino tenga aún más visibilidad.

Recuerdo la entrevista con Alba Torrens Fue muy significativa también porque fue la primera vez que volvía después de tantos años en el extranjero y eso me dio algo más de renombre y la gente empezó a valorar mi trabajo como una periodista que se está abriendo camino. Siento la obligación de dar a conocer a

No siento que tengamos que trabajar el doble, pero no se nos valora tanto como a un periodista masculino. Me gusta mucho mi labor y me siento orgullosa. Ojalá sean muchos años más. Estamos haciendo este camino y es posible. Cuesta un poco y no está tan asfaltado. Queda mucho por hacer. Ojalá sigamos por este camino y podamos poner nuestro granito de arena en el periodismo deportivo valenciano. 

Paula: Yo recuerdo haber leído mi nombre en el papel cuando salí en el diario por primera vez en El País, jamás lo hubiera soñado. Ver mi nombre ahí hablando de fútbol femenino era como ‘¡guau!’. La Paula pequeñita puede estar muy orgullosa de eso. 

El artículo era sobre el Valencia -Barcelona en el Puchades. Todavía recuerdo la ilusión de las niñas que fueron a ver al Valencia. Hice el artículo un miércoles y salió en papel un viernes. Fue muy guay. Ver a mis padres estar orgullosos de ello no tiene precio.  El periodismo es el mejor empleo del mundo, somos afortunadas de poder dedicarnos a lo que nos gusta. Es un oficio sacrificado, te da mucho, pero te quita mucho también. Pero a mí no me cuesta. Yo a veces he sentido que tengo que demostrar el doble al ser una chica. Es más intenso, ser mujer y ser jovencita, a veces te tratan con cierta ‘paternalidad’.

Estamos aquí porque nos gusta el deporte y a veces siento que tenemos que demostrarlo. Lo que quiero es hacer mi trabajo bien y que se me valore por ello. Quiero que las futbolistas tengan a personas que hablen de ellas y que traten la información con rigor. 

El mundial ha marcado un antes y un después en mi vida profesional. Y en mi vida personal, también. Nuestra profesión es súper pasional y muchas veces no se pueden desvincular los sentimientos. Siempre huyendo de los fanatismos y con objetividad, a mí el mundial me ha cambiado y me ha marcado muchísimo. Fue duro quedarme a las puertas, estuve cerca de ir a Australia y Nueva Zelanda, pero lo he seguido desde España con mucha ilusión…. Recuerdo lo que vivimos en la Fonteta en la final. Me vacié completamente. Me vacié tanto profesionalmente hablando como personalmente. Lloré muchísimo. Y ver futbolistas que has seguido tantísimo tiempo y que han conseguido algo tan importante como la primera estrella de España fue increíble. A raíz de ahí, he podido viajar en a la Liga de Naciones cubriendo a la selección española en Suecia y Suiza. Ha sido una auténtica pasada que ni mis mejores sueños lo habría soñado. Estoy viviendo una etapa increíble, en parte, gracias al éxito de ellas. Ellas son las que, sin saberlo, nos han puesto a las periodistas que las seguimos un poco en el mapa. Y que nos tengan más en cuenta. Es algo increíble. Aún me emociono al recordarlo.


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